Hannan y Fadel celebraron su boda un día de finales de enero de
2016. Los invitados empiezan a llegar a partir de las once de la noche.
En el hall del hotel, dónde tendrá lugar el evento, los hombres van a
una sala y las mujeres a otra.
En la sala de las mujeres hay
dos escenarios, uno a la izquierda y otro a la derecha. El de la
izquierda es más grande y en la pared proyectan fotografias invernales
que bien podrían ser de la ciudad de Burgos en enero. A él se accede por
un pasillo elevado, como las pasarelas por donde desfilan los modelos
de ropa. Y en cierta forma tiene el mismo cometido, el de plataforma de
exhibición para las invitadas. Suben por ahí y se dirigen a la tarima
moviendo caderas, brazos y manos, con un ritmo repetitivo, suave y
pegadizo. Todas parecen conocer las canciones que interpreta una
cantante de media edad que va vestida con un traje de fiesta azul, poco
favorecedor para su abdomen. De vez en cuando la cantante para y se
escucha al cantante de la sala de los hombres.
Las mujeres más
próximas a los novios y de mayor edad visten con tul, encajes,
terciopelos y pedrerías. Las más jóvenes optan por vestidos más
sencillos. También su maquillaje es menos intenso, descartan las cejas
espesas pintadas como con una plantilla y excluyen las pestañas
postizas. Dos chicas destacan por su claro aspecto de lesbianas: una va
vestida con pantalón estrecho, camisa y americana, la otra con un thobe
de hombre oscuro. Ambas llevan el pelo corto y durante toda la fiesta
se ocupan de que cada cosa esté en su sitio y en su momento.
La pasarela divide la sala en dos partes, en una están las invitadas
del novio y en la otra, las invitadas de la novia. Sobre las mesas hay
bandejas con pasteles, panes y por supuesto teteras y cafeteras. Estas
últimas contienen el típico café verde saudí con comino, y las teteras,
te verde, otra de las bebidas más comunes en Arabia. Todo está dispuesto
sobre bandejas de espejo que hacen que la mesa parezca liviana cuando
en realidad está repleta de platos, cestos, vasos, flores.
Alrededor de las 3 de la madrugada, disminuye la luz de la sala, en
señal de que los novios se disponen a entrar. En ese momento las
postales invernales de la pared cambian a fotos de los novios, imágenes
de su infancia, con la familia, de vacaiones. La madre de la novia que
está de pie justo detrás de mi, llora. Familiares y amigas la abrazan,
acarician su espalda, consuelan su emoción. Una puerta grande de metal
se abre y entra el novio vestido con el típico traje saudí de gala, como
el que vemos en la televisión que llevan el rey y los príncipes cuando
se reunen con algún mandatario de otros gobiernos. Unos segundos
después, por otra puerta contigua y de igual descripción, entra la novia
que viste un traje típico blanco. Se agarra al brazo de él y caminan
despacio, ceremoniosamente hacia el altillo de la derecha.
Ahí bailan, el novio la coge y le da vueltas en brazos. Agarran unos
recipientes de cristal y vierten su contenido sobre la mano, es
purpurina dorada, la soplan sobre el público y en su mano quedan los
anillos que aguardaban entre la purpurina, se los ponen. Después cortan
la tarta y se la dan a probar entre ellos, ella a él y él a ella.
Termina el show en esa parte de la sala y los novios se trasladan hasta
el otro extremo, hacia el otro escenario, el de la izquierda, donde
continúa el espectáculo. Se sientan, se hacen más fotos. Muestran el
aderezo que el novio regala a la novia y que traen en una especie de
urna de cristal. El novio la abre y, parsimoniosamente le coloca a la
novia cada pieza.
Empieza a sonar de nuevo la música. Y
entonces se produce un momento de la ceremonia peculiar. La madre de la
novia baila delante de la pareja, y se le unen otros familiares, a modo
de apoyo, como demostración de que están contentos con el matrimonio.
Termina el baile de la madre de la novia y comienza el baile de la madre
del novio.
En algunas bodas, este momento puede llegar a ser
un verdadero duelo. Por ejemplo, cuando la novia no es la primera mujer.
En estos casos los bailes delante de los novios suelen presentar una
ocasion irrepetible y perfecta para mostrar a quién apoyan los
familiares: unos se decantarán por la primera esposa bailando con las
hijas de aquella, por ejemplo, y otros lo hacen alrededor de la nueva
esposa dejando claro que la aceptan, mandando el mensaje de que deben
desaparecer los obstáculos, de que deben abrir los circulos familiares y
de amigos e integrarla.
Finalmente, en algunas bodas, como en
la de Hannan y Fadel, entran a la sala de las invitadas el padre de la
novia, los hermanos y cuñados, para fotografiarse con la parte femenina
de la familia. En ese momento muchas mujeres se cubren con la abaya y
tapan su pelo, algunas lo hacen desde que entra el novio. Estas visitas
masculinas no son comunes, generalmente ningún hombre pasa a la sala
donde están las mujeres excepto el novio.Y lo más habitual es que la
novia no se deje ver en la sala de los hombres.
Tras unos
minutos todos los hombres que han entrado a la sala de las mujeres se
marchan por donde han venido. Algunas invitadas suben al escenario y
cierran la ceremonia con una danza típica beduina: agarradas de las
cinturas dan un paso adelante, otro hacia atrás, un paso adelante otro
atrás. Tras esto es la hora de cenar. Salimos de la sala y vamos al
comedor. Cada una se sienta donde quiere y se sirven del bufé. Las
camareras solo retiran platos y proporcionan bebidas. Tiene que ser así,
sin sitios específicos, porque en las bodas saudíes no hay una lista
cerrada de invitados. La lista es abierta y no se pide confirmación, no
es correcto.
La boda es la celebración del matrimonio para
toda la familia y los amigos, la más multitudinaria. Antes, ya ha habido
otros actos: la "Kitab"que es la firma del contrato matrimonial. En
Arabia ese contrato lo firma el novio y el padre de la novia. Asisten
solo los familiares más cercanos, los de primer grado. El acto está
presidido por un "sheikh". Una palabra que en castellano se traduce por
jeque pero, en
árabe, es, además de lo que entendemos por jeque, un anciano, un viejo
sabio. En general un sheikj es una
persona respetada por su edad o por sus conocimientos sobre el Islam.
Tras la Kitab viene la Milka, la fiesta tras el contrato de
matrimonio. Es un evento parecido a la boda pero con menos gente y la
novia no lleva el típico vestido de novia blanco. Ella viste con un
vestido de fiesta de color.
miércoles, 29 de junio de 2016
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