viernes, 29 de julio de 2016

LAS CUARENTENAS

    Una de las acepciones de la palabra cuarentena, en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es: aislamiento preventivo a que se somete durante un período de tiempo, por razones sanitarias a personas o animales.
    En la sociedad saudita, a las mujeres se las somete a cuarentenas en tres posibles circunstancias: 
-cuando dan a luz, 
-cuando quedan viudas y 
-cuando se divorcian. 
    La primera, la cuarentena tras el parto, es sin duda la más ceremoniosa. Unos días antes de la fecha prevista para el alumbramiento, de la fecha programada para ello, una profesional de la estética visita la casa y tiñe, peina, depila, etc, etc, a la futura mamá. Ésta acude a la maternidad del hospital con la mejor versión estética de si misma, lo mejor arreglada posible. Un bonito gesto, sin duda, para recibir a su bebé, aunque el motivo, más bien, es estar presentable para posteriormente recibir a las visitas. 
     Después del parto, la mamá se traslada a casa de sus padres junto a su bebé. En un salón se instala una cama y una cuna que se vestirán a juego, la cuna de diferente color si se trata de un niño o una niña. 
     Durante cuarenta días la mamá recibirá a las visitas en la cama. Su marido también la verá así, solo así. Las razones son dos: 
-evitar tentaciones sexuales y 
-favorecer la recuperación de la mujer después del esfuerzo del parto. ( Para la mayoría de las saudíes, las de clase media para abajo, esto se traduce en que la abuela será la encargada de cuidar a los dos, a la madre y al recién nacido durante ese periodo de tiempo). 
    Era tradición, y aún lo es en algunos estamentos sociales, que a la mujer que acaba de lar a luz le enrollen en la tripa unas telas como de unos diez metros de largo, a modo de faja, bien prietos, para favorecer que esa parte del cuerpo vuelva a su forma anterior al parto. Además, se les unta el cabello y el cuerpo con aceites para recuperar su belleza. Y se quema "bakhoor", que es como se llama en árabe a una especie de resina compuesta por varios ingredientes como out, ámbar, almizcle, sándalo, etc. Se le atribuyen propiedades purificares, y se emplea en muchas ocasiones, una de ellas es después de dar a luz. Y de muchas formas; se acostumbraba, antes más que ahora, a poner el humo del bakhoor cerca de la vagina con la intención, o creencia, de limpiar más allá de lo que limpia el agua y el jabón. Otra de las costumbres es tomar infusiones de "helba", también conocido como fenugreek, unas semillas cuya ingesta parece que favorece que la mamá produzca más y mejor leche, entre otras cosas. Esto es,  a parte de los guisos y alimentos que cada familia acostumbra a preparar en las cuarentenas, y que si bien están basadas en productos similares, cada uno le da su particular toque. 
    El séptimo día después de nacer el bebé, se celebra con una fiesta que se llama precisamente "el séptimo", el "sabaa". Los niños de la familia bailan con velas alrededor del recién nacido, cantan canciones tradicionales, se regalan dulces. La fiesta termina con una cena familiar. La tradición manda que se cocine cordero: uno, si es niña, dos si es niño. El cordero debe partirse en tres porciones: una para la cena de esa noche, otra para regalar y la una tercera para donar a los pobres. 
  Pasados los cuarenta días, el marido va a buscar a su mujer y le lleva un regalo, un anillo, una pulsera, generalmente una joya de oro. ( Y la abuela, por fin, podrá descansar algo más). 

   Si una mujer queda viuda también tiene que someterse a una cuarentena en caso de que quiera volver a casarse. Esta cuarentena se llama así pero está mal contada porque, realmente, el tiempo que debe esperar es cuatro meses y diez días. La obligación la marca la ley o la religión, que en Arabia, es lo mismo. El motivo es asegurarse de que la mujer no está embarazada. ( Hoy, un embarazo es fácil de comprobar con un sencillo análisis pero, cuando se escribió el Corán, hace 1.437 años, no ). 

Una mujer que se divorcia igualmente tiene que esperar, un tiempo parecido al de viudedad, para poder volver a casarse: podrá volver a contraer matrimonio cuando quede claro que no está embarazada. (Hay que apuntar que un divorcio no es válido para el Islam si la mujer está embarazada. Aunque haya sido solicitado previamente, hay que esperar a que el bebé nazca y después ratificar que se quieren divorciar).




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