sábado, 8 de octubre de 2016

DANYA_5


    Danya fue a la primera mezquita de la que supo. Dos horas tardó en llegar hasta allí: “yo no manejaba en San Diego, me movía siempre en transporte público”. Hizo ese largo viaje porque estaba motivada, porque, lo que había logrado averiguar sobre el Islam a través de internet, le gustaba, porque le cautivaba la idea que se había hecho sobre el mundo musulmán después de ver El Clon, y quizás, aunque ella no lo dice, también le movía una necesidad espiritual, ese deseo de respuestas que une al ser humano sea de donde sea, ese afán por encontrar un mundo mejor y más comprensible. Danya debía sentir ese anhelo fuertemenete porque si no, es incomprensible que alguien acuda al Islam en una sociedad occidental marcada por los acontecimientos del 11-S que se habían producido hacía pocos meses. “El once de septiembre del 2001 yo estaba en Tijuana y pasé a Estados Unidos a cobrar mis utilidades porque había trabajado anteriormente en Sony. En la radio escuché lo que pasaba y oí de nuevo hablar del Islam”.  Esos sucesos no hicieron más que aumentar su curiosidad por algo, aún desconocido, asegura.  
       Dice Danya que en su primera visita a la mezquita encontró a varias personas y que todas ellas parecían originarias de La India. Una mujer se le acercó y preguntó qué quería. Danya respondió que el motivo de su presencia en ese lugar era su interes por el Islam. La invitaron a sentarse y charlaron un rato. Quedaron para el día siguiente. Al otro día, esa misma mujer fue a buscar a Danya al trabajo y la llevó hasta otra mezquita más grande, a Al Munara. Allí le presentaron a un predicador con el que habló principalmente de Dios, de Jesús y de Mahoma. Así recuerda Danya la conversación: 
-Predicador. Me han dicho que estás interesada en el Islam. ¿Sabes quién es Dios? 
-Danya. ¿El creador del cielo y la tierra, del universo?
-Predicador. Eso es. Dios no ha sido creado ni engendrado. Háblame de Isa. (Así es como El Corán llama a Jesús de Nazaret).
-Danya. ¿El hijo de Dios?
-Predicador. No. Isa es un mensajero, un profeta. Dios mandó al ángel Gabriel (Jibrail en árabe) a anunciar a María (Maryam en árabe) que de ella nacería un hijo santo, un gran profeta que extendería la palabra de Dios. María pregunta al ángel cómo puede haber concebido un hijo sin haber establecido contacto con ningún hombre. La respuesta fue que Dios crea aquello que Él desea. El nacimiento de Jesús de una madre virgen fue un acto milagroso como lo fue la creación de Adán, y de su costilla,  la creación de Eva, o la concepción del hijo de Zacarías cuando su mujer Isabel ya no estaba en edad de procrear. Todo es voluntad divina: Dios dice “sé y es”. Entonces, ¿quién tiene el derecho a llamarse hijo de Dios? ¿Adán, Jesús, el hijo de Zacarías?
 -Danya. Creo que nadie. 
-Predicador. Eso es, nadie. ¿Qué sabes de Mahoma?
-Danya. Que es un mensajero, nada más. 
-Predicador. Está bien. Ya sabrás más sobre El Profeta. 
      Así terminó la primera lección que Danya recibió sobre El Corán. Fue una conversación afable e interesante. Lo que sucedió después fue algo más…..trascendental.

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