sábado, 8 de octubre de 2016

ESTRELLA_2

 Las pequeñas dudas que tenía la futura mamá de Estrella se disiparon cuando sus tíos le aseguraron que solo tenía que probar, que si no le gustaba aquello, estaba claro que le pagarían el pasaje de vuelta a casa. Así que hizo sus maletas y se marchó. Y todo sucedió como ella había imaginado: encontró a su novio, él también seguía enamorado, y a los seis meses se casaron. Al año nació Estrella.
     Pasó el tiempo y el tío de la mamá de Estrella murió dejándole todas sus propiedades como única heredera. "A pesar de todo, mi mamá nunca acabó de adaptarse, al contrario que mi padre que era un montevideano más, adoraba aquello. Mi madre tenía su corazón en Galicia. Visitaba su tierra, para ver a su hermana y a sus padres, una o dos veces al año y cuando se volvía a Uruguay, a la hora de la despedida,  parecía Rosalía de Castro". Dice Estrella que, no obstante y a pesar de su morriña optó por quedarse en Uruguay porque consideraba que sus hijos tendrían más oportunidades en aquella ciudad latinoamericana que en su Galicia natal. Hay que apuntar que durante la primera mitad del siglo XX Uruguay era un país rico, se le condiraba "la Suiza de América", tal y como señala Estrella.
     En ese ambiente crece nuestra protagonista. A Estrella le gustan los animales y la medicina y, como parece natural, estudia veterinaria. A la vez se casa y, al poco tiempo, tiene un hijo y luego otro y un tercero.Y de estudiante pasa a profesora en la misma Universidad de Montevideo.
     Ya con sus tres hijos nacidos, Estrella viaja a España como parte de un proyecto entre las  Universidades de Uruguay y España. Se trata de un trabajo de investigación en biotecnología en el que participan doce veterinarios sudamericanos, entre ellos, Estrella.
     Por entonces, Uruguay ya no es lo que había sido debido a una gran crisis económica. Además sus padres viajan a Galicia y empiezan a construir la casa donde piensan trasladarse definitivamente en un futuro no muy lejano. La relación matrimonial de Estrella está rota y el divorcio parece inevitable. En medio de todo este contexto, en Madrid, a la vez que trabaja en ese proyecto de investigación, le hacen una propuesta laboral que la obligaría a estar seis meses en cada país de la entonces Comunidad Económica Europea. Lo rechaza ante el asombro de quienes la eligen para tal tarea. "¿Cómo puedes rechazar una cosa así ?, si para un español, sin crisis, es una oportunidad inmejorable, para un uruguayo,  en crisis, es mejor aún. ¿Que razón puedes tener para rehusar una oferta así?"  Y ella responde: "No tengo una razón, no, tengo tres y la más pequeña tiene año y medio".
    Estrella explica que mientras estaba en Madrid, sus hijos se habían quedado en Uruguay. Eran dos meses los que tenía que estar lejos de ellos, un tiempo que estaba dispuesta a quitarles y quitarse, a favor de su carrera, pero cinco años, como suponía esa sugestiva oferta de trabajo, le parecía un sacrificio enorme, un precio que, en ese momento de su vida, no estaba dispuesta a pagar a pesar de lo mucho que le gustaba su trabajo, a pesar de que profesión era totalmente vocacional.
    ¿Cómo te sientes en un momento así? Acabas de decir no a un trabajo perfecto, que te gusta, para el que llevas años preparandote, lleno de posibilidades. Es difícil que otra oportunidad así se presente. Lo sabes, pero.....no puedes aceptarlo, ahora no. Tienes prioridades. Siempre hay que elegir y renunciar a cosas, dejar por el camino deseos, intenciones, sueños. Una semilla de frustración aparece dentro de ti pero, como has hecho lo que tenías que hacer, nunca crecerá tanto como para que te haga un daño irreparable. ¿No?
     Con todo este revoltijo de ideas y emociones va Estrella de Madrid a Galicia a visitar a su familia.  "Si hago 10 mil kilómetros para ir a Madrid, y no hago 600 más para ir a Galicia, me matan", apunta Estrella. Y llegando a Galicia las cosas empiezan a tomar otro cariz, quizás por eso que dicen de que cuando una puerta se cierra, otra se abre.

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