sábado, 8 de octubre de 2016

DANYA_2

     Laura se enamora de un chico de Canadá que estaba estudiando para ser piloto. Según Danya, “era muy buen muchacho, la respetaba mucho”. Y a punto de graduarse, en una exhibición aérea, el avión que pilotaba el chico se estrella. Los padres de él venden el piso que había comprado en Canadá para vivir junto a Laura y le dan la mitad del dinero de la venta. Laura se compra un apartamento en la ciudad donde vive, en Tijuana, y parece tener lo necesario para rehacer su vida pero, la depresión por la muerte de su novio era fuerte y se intenta suicidar tomándose unas pastillas. La chica de la limpieza la encuentra en el suelo de la cocina del piso, llama a una ambulancia y Laura sobrevive. El médico que la atiende en el hospital, que “tenía un alto puesto en la sanidad de Tijuana y era muy reconocido”, según Danya, se enamora de Laura que, por gratitud, se casa con él. Tienen dos hijos, un niño y una niña.
     Mientras tanto Laura terminó sus estudios de arquitectura.Y los complementó con un doctorado en el que le pidieron que hiciera un documental sobre la arquitectura en Oriente Medio. Investigó sobre la cultura árabe y por lo tanto, sobre el Islam. Y le gustó tanto lo que averiguó que, cuando terminó el documental, Laura era musulmana, se convirtió, cambió su religión. Dice Danya que Laura le contaba que la primera vez que entró a una mezquita (a la que llegó por sus obligaciones como estudiante) escuchó al imán y se emocionó, de tal manera, que se echó a llorar. En el Islam encontró consuelo, respuestas a sus necesidades espirituales, una guía para aclarar sus ideas y sentimientos. Y fue precisamente su compromiso con el Islam lo que le hizo replantearse la relación con su marido. Sentía que, de alguna forma, le engañaba, porque no le quería lo suficiente. Su marido le había devuelto las ganas de vivir pero no sentía por él lo mismo que por su primer amor, aquel chico por el que quiso quitarse la vida. Así que, lo dejó. Más tarde se volvió a casar, esta vez, con un musulmán de origen turco que la maltrata en todos los sentidos, según Danya. 
   “Cuando yo la conocí ya era musulmana. Estaba a punto de divorciarse de su segundo marido. Después me trasladé a Jeddah y no supe más de Laura”.

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JEDDAH, A UN LADO Y A OTRO