jueves, 18 de agosto de 2016

LEILA_ 8

    Leila y su marido se trasladan a un apartamento en Jeddah, una ciudad cuyo principal atractivo es la costa del Mar Rojo. Además, allí se respira un ambiente algo más relajado, menos rígido que en el resto de las ciudades saudíes. Instalan su casa pero, les falta tiempo para disfrutarla porque el marido de Leila le propone trasladarse de nuevo, esta vez a Milán donde quiere aprender algunos aspectos del negocio de la joyería. Resultó ser una aventura corta. La capital italiana en finanzas, industria y moda, no consigue atrapar al marido de Leila. El viaje sirvió para darse cuenta de que realmente su interés por la joyería era mínimo y desechó ese negocio. Y también sirvió para visitar España de forma improvisada. Aprovecharon que estaban a mitad de camino para, antes de regresar a casa, ver a la familia de Leila. Estaban en unas fechas idóneas para ello porque se aproximaba la Navidad. 
     El traslado a Jeddah, el viaje a Milán y por último esas vacaciones navideñas en casa,  sentaron muy bien a Leila. Podría decirse que prepararon el cuerpo y la mente de Leila para otro cambio, singular,  irreversible, determinante, de los que no permiten dar maracha atrás pase lo que pase; cuando tienes un hijo es para toda la vida aunque se caíga el mundo. Y eso es lo que le pasaría. En la confortabilidad del momento que le dio su nueva vida en Jeddah, Leila se quedó embarazada. 
Quizás pasó más tiempo del deseado, quizás tuvo que esperar más que muchos, quizás sus obstáculos fueron más números que los que están alrededor pero, ¿ quien sabe? Solo puede que fuese así. Ahora que Leila está con su marido, vive en su propia casa y espera un bebé ¿qué importa todo lo demás? 
Como estaba feliz, los días eran más llevaderos. Pero pasaban lentos, porque tal y como ya le habían advertido, todo era casa y casa. “ Mi marido lo hacía todo. Yo no sabía ni hacer la compra. De vez en cuando recibía la visita de una vecina con la que no podía comunicarme debido al idioma. Recuerdo un día que me contaba un viaje a España y me preguntaba por qué las mujeres estaban desnudas en la playa. ¿Cómo explicarle que solo querían estar morenas? “. 
       Llega el momento del parto. Después tendrá que marcharse a Meca, a casa de la suegra, porque su madre está en España, demasiado lejos. Y es lo que hay que hacer. Es la tradición: pasar la cuarentena en casa de la madre, o en su ausencia, en casa de la suegra. 

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JEDDAH, A UN LADO Y A OTRO