jueves, 18 de agosto de 2016

VICKY_8

    Para volver a casa lo primero era guardar silencio tal y como le aconsejó su amiga: se acabarían las quejas y los reproches. El plan estaba en marcha. A partir de ahora la imagen que había que dar a toda la familia, incluyendo a su propio marido, era de resignación. Pero, los actos de Vicky eran rebeldes y preparaban el terreno para el regreso. Vicky sacaba en cajas pequeñas ropa y aquello que podría necesitar para sus hijos. Se lo daba a su amiga y ésta lo enviaba a América, a casa de la madre de Vicky.  Lo hacía porque parte del plan también era aparentar que viajaría a Estados Unidos sólo por unos días, por lo tanto, el equipaje que llevaría consigo tendría que ser ligero. Después habría que ir creando la necesidad de tener que hacer el viaje, era necesario aparentar que ese viaje había que hacerlo de cualquier manera, tenía que idear algo que justificase completamente su marcha. Y eso fue lo más delicado. Pensó y pensó y tomo una decisión: Vicky dijo a su marido que su madre estaba enferma. Primero se desconocía cual era la enfermedad, unas semanas después dijo que los médicos le habían diagnosticado cáncer.  Meses más tarde, era necesario que Vicky fuera a ver a su madre y que los niños le acompañasen para, si llegaba el caso, y parecía que así sería, despedirse de la abuela materna. La mentira fue creciendo sola, día a día. Su hijo mayor era su cómplice. A él le explicaba paso a paso lo que hacer y decir.  Y el pequeño le seguía la corriente animado por el deseo de dejar aquel colegio que tan poco le gustaba, aquella familia de la sentí poco amor y de aquel país poco confortable. Vicky le daba aliento cada noche; a la hora de dormir le explicaba sus planes, lo alentaba para que fuese fuerte y le pedía que no confiase en nadie, que no dijese nada, que si le preguntaban, él solo dijera que quería ir con mamá. El marido de Vicky vio bien que su mujer se marchase, la causa era sería. “ Vete con el pequeño y cuando termine el colegio voy yo con el mayor”,  le propuso a Vicky.  
      Como el motivo del viaje era la enfermedad de la madre, el suegro le pagó los billetes de avión a ella y a sus nietos.  Y además le dio dos mil dólares para gastos. Dice Vicky que su suegro la quería mucho, que era muy buena persona y muy comprensiva. El suegro le llevaba a casa, de vez en cuando, comida americana. Y cuando las cosas estaban tensas con su marido, el suegro le pidió a Vicky que le dijera si su hijo la maltrataba. Aún así, aún con esa predisposición que el suegro parecía tener hacía Vicky, ella guardó su secreto y extendió su mentira a todos, incluido él. . “No podía confiar en nadie, ni siquiera en mi cuñado con el que siempre me había llevado bien". 
      Se aproximaban las vacaciones escolares de verano, fecha prevista para la huida. Vicky se armó de valor una vez más, como cada vez que hablaba de la supuesta enfermedad de su madre, y le dijo al marido: “mi madre está cerca de la muerte. Nos quiere ver a todos. El mismo día que el niño coja las vacaciones nos vamos “.  Era tan sería la situación que el marido también quiso ir a decir adiós a su suegra pero Vicky lo impidió inventando excusas , argumentando todo tipo de razones. Es mejor que tu te quedes de momento. Yo voy a ver con mis propios ojos la situación y cuando sea necesario te llamo". 

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