jueves, 18 de agosto de 2016

VICKY_10. ÚLTIMA PARTE.

      Vicky rehízo su vida en Estados Unidos junto a sus cuatro hijos y al resto de su familia. Y algo indestructible debe haber entre Vicky y su marido porque, después de treinta años y de todo lo que he contado anteriormente, siguen juntos. Si no es amor, debe ser algo parecido. 
    El  marido de Vicky volvió once meses después, entre otras cosas,  para conocer a su cuarto hijo. 
“Mi niño estaba dando sus primeros pasos y se lo estaba perdiendo. No habíamos hablado en todo ese tiempo, en casi un año”.  Se sentía engañado pero tuvo el valor de, aún así, con la furia que provoca la mentira en muchos de nosotros, tuvo el valor de dar el paso para reencontrarse con su mujer y sus hijos. Y  hablaron de todo lo que había pasado, de las razones de cada uno para hacer lo que hizo. Se sacaron las espinas. Cuenta Vicky que le pregunto si estaba sola o si había conocido a alguien, si quería seguir con él, si aún le quería. “Le dije que si, que tenía cuatro hijos suyos y le quería pero que jamás volvería a Arabia. Le dije que allí era diferente, que parecía otra persona. Le dejé claro que mi casa estaba abierta para él, pero siempre y cuando no me pidiese volver a su país”. Dice Vicky que él estaba dolido, que se notaba que había sufrido, y que no paraba de preguntarle cómo pudo haberle engañado de esa manera. Y Vicky le contestaba que la engañada había sido ella, que su mentira había sido más sutil pero las dos igual de grandes. “ Yo te dije que si no me gustaba aquello me volvería a casa. No me gustó y me negaste el regreso”. Él lo justificaba diciéndole que solo quería que se acostumbrara al país y para acostumbrarse necesitaba tiempo, tiempo que Vicky no estaba dispuesta a perder.
   Vicky, actualmente pasa algún tiempo en Arabia Saudí junto a su marido. Pero generalmente vive en Virginia donde residen también sus hijos. Los que vivieron con ella aquel año en Riad la han hecho abuela. En la foto de su perfil de whatsApp se la puede ver orgullosa junto a sus nietos. 

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