jueves, 18 de agosto de 2016

VICKY_5

      Vicky aterrizó en el aeropuerto internacional King Khalid de Riad, con su hijo mayor de la mano y con el pequeño en brazos. A su hija la dejó en Virginia con la abuela. Cuando bajaba las escaleras del avión empezó a observar el ambiente y dice, que inmediatamente le chocó el comportamiento de los hombres: “ los hombres se besaban, se abrazaban y caminaban de la mano. Le dije a mi marido que me desagradaría mucho verlo cogido del brazo de otro hombre. Que si lo hacía, que nunca fuera en mi presencia. ¿Qué era una costumbre ? A mi esa costumbre no me gusta". Solo se trataba de otra forma de interpretar las expresiones corporales. Y aunque parezca banal, es un prejuicio que muchos son incapaces de superar; la mayoría de la gente, sea cual sea su origen, e incluso habiendo pasado por una universidad, se niega a ver lo que no quiere ver, no se si por lo bien anclada que tiene su cultura, o por alguna condición biológica, o quizás sea simplemente por miedo. El caso es que para Vicky ese comportamiento significaba homosexualidad, algo que le provocaba rechazo y por tanto lo quería apartar del entorno de su marido. No podía,  ni quería imaginar que su marido pudiese andar de la mano con otro hombre. 
         El primer alojamiento de la familia en su nueva ciudad fue la casa de su cuñado, aquel chico que la invitó a la fiesta en Virginia Beach. El cuñado estaba casado con una mujer británica a la Vicky le costaba entender cuando hablaba quizás, porque como dice Oscar Wilde, los norteamericanos y los británicos comparten muchas cosas pero el idioma no es una de ellas. Dice Vicky que esa chica la recibió "con cara larga ". "No le caía bien. Creo que pensaba que había habido algo entre su marido y yo". Lo que pasó después solo empeoró las cosas. La chica británica trabajaba, el marido de Vicky también y ella, agarraba a sus hijos y salía cada día con el cuñado a ver la ciudad. Con el paso de los días la situación estalló. "Hubo una pelea. Mi cuñada y mi marido estaban celosos, amargados. Entre nosotros nunca hubo nada. 
¿A qué vienen esos celos? Yo voy a salir, no me voy a quedar encerrada en esta casa todo el día como en una cárcel". Así habló Vicky a su marido cuando éste le pidió que parase las salidas con su hermano. La solución parecía evidente: " Si quieres que pare, alquila un apartamento para nosotros solos".  Así lo hizo. Para evitar habladurías de familiares y conocidos, el marido de Vicky buscó una casa. Dice Vicky que esa casa estaba en medio de la nada. " Me metió en el desierto".
      
      

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