jueves, 18 de agosto de 2016

SARA_3

   Desde hacía tiempo Sara venía pensando en dar un cambio a su físico. Y se puso manos a la obra; buscó cómo, y la búsqueda la llevó hasta Beirut, la capital de Líbano, donde se hizo una operación de reducción de estómago para perder peso. Como el trabajo le permitía pocos días de vacaciones resolvió el asunto en un fin de semana. 
     Dos años más tarde, insatisfecha con los resultados de la intervención quirúrgica, volvió a Beirut y optó por la opción más drástica: cortar.  "La primera vez me cosieron el estómago, la segunda, lo cortaron. Le dije al médico: te pago la mitad, la otra mitad, cuando despierte de la anestesia.  He perdido 34 kilos. Lo recomiendo. No tengo ningún efecto secundario. Solo necesito ejercicio para tensar mi piel y crema para hidratarla. Si comes mucho te pones muy mala, vomitas, sudas, no puedes pasarte. Para otra gente puede que sea una operación chunga, para mi, no. A los tres días de la intervención me levanté, me duché, recogí mis cosas y me fui al aeropuerto. Viajé desde Beirut a Abu Dhabi y desde allí a Madrid y a continuación a Granada.  En ese viaje adelgacé kilo y medio, claro, con los puntos era imposible comer algo. A las dos semanas me los quitaron en Granada. Ahora, con el paso del tiempo puedo decir que ha sido fantástico”.
   Sara cuenta que el mismo día de nuestra entrevista había estado viendo fotos suyas de antes de la operación y que cada vez se siente más contenta de haberse sometido a ella. Dice: "cuando tienes sobrepeso, lo sabes pero, te miras y piensas que no estás tan mal, ahora, cuando veo las fotos....uff....se que hice bien. Y además en este país, sin probadores en las tiendas, estar delgada te facilita un poco las cosas". 
   Esta última idea de Sara demuestra la intención de ser positiva porque, la imposibilidad de probarte la ropa antes de comprarla, es una faena para gordos y flacos. Más, cuando en muchos establecimientos disponen de probadores, pero exclusivamente para hombres. Alguien podría pensar que son ganas de fastidiar. 
 Sara parece que empezó una nueva vida tras la operación. Transmite seguridad en si misma. Se siente guapa y practica la seducción. Su carácter atrevido, su bonita cara y su grandes ojos claros le ayudan en sus intenciones. Resume todo lo referente a su operación con una frase: te cambia la cara, y te cambia el alma". 
  Con este proceso de cambio físico en desarrollo se traslada de Emiratos a Arabia Saudí para dar clases de inglés en una universidad para mujeres en la ciudad islámica por antonomasia, Meca.

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